Capitulo 88
_____* disfrutaba del aire fresco y el sol, de pronto no sintió más los rayos, y era que una sombra se encontraba allí, frente a ella, estorbando. Era de Nicholas; el amor de su corta vida. Ambos se llevaron una sorpresa al encontrarse de frente. Para _____* era diferente; ella no lo vio venir, en ningún momento se lo imaginó.
— es ahora o nunca Nicholas Jerry…— la mente del chico lo alentaba a lograrlo.
— _____* necesito hablarte.— lo que quería expresar, las palabras mágicas. Lo dijo con una seguridad total que incluso él se sorprendió.
— Nick… ¿Qué…? — ella parecía nerviosa. Se levantó del pasto con un movimiento torpe, y logró quedar de pie. Ambos permanecieron tan cerca, como siempre desearon estar.
— Debo decirte algo. — sin más rodeos. Dio un paso mas, decidido tomó la mano de su amada ___*, con dulzura.
— ¿Por qué me sigues? — agregó. Sus ojos se cristalizaron al instante. — ¿Qué no se supone que no volveríamos a ser amigos? — expuso dura, aunque frágil y quebrantable por dentro. Con las ganas de decirle que lo amaba, a la vez gritarle todo lo que él la había lastimado.
— _____* yo… no entendía bien. Estaba confundido… — ya con una mano junto a la de ella se sintió confiado. Lo cual hizo que con su mano izquierda le rozara el hombro.
— No, Nick! ¡No sabes lo que siento! — se estremeció ante el tacto de Nicholas. sin embargo, eso no hizo que cambiara su postura. — Y prefiero no verte, no ahora.
— Pero… necesito, __* — sus palabras fueron cortadas en el momento que el timbre de entrada se manifestó. Logro desilusionarlo y quedar con la vista baja.
— Lo lamento, al parecer de nuevo no podemos. La siguiente clase está cerca. — articuló con la voz quebrada. Inmediatamente corrió en dirección a la puerta que daba a la parte de los salones.
____* deseaba profundamente que su siguiente clase no fuera con la Señorita Watkins. No ansiaba hablar con Nick en esos momentos, no quería que la viera llorar. Sus ojos se abrieron en una tristeza disfrazada de emoción al ver su horario, y era que no tenía clase junto a Nick.
Ella llegó a tiempo a su aula, antes de que el profesor entrara. Llevaba los ojos rojos, de uno de ellos corría una lágrima de amor. Pareciera que por instinto, las personas menos esperadas lo notaron.
— ______* ¿Qué te sucedió? ¡pobrecita! — Amanda, la rubia tonta lo dijo burlesca.
— Si, que te pasa? Nick J volvió a terminar contigo? — se burló otra de las huecas, Bárbara.
— Oh espera, ¿de nuevo? — Amanda carcajeó.
— Es cierto. ¡Ya supéralo, niña! — hablo tan fuerte que consiguió la atención de todo el grupo.
— Yo sabía que un chico como el jamás se fijaría en alguien como tú. Y fíjate, lo ABURRISTEE! —
— ¡No me importa! —estalló— ¡no me importa lo que tú & tú piensen! — señaló a las dos taradas. — ¿Qué son? Simplemente unas bobas. ¿Quién se fija en ustedes? Exacto, ¡Nadie! — las chicas molestas y la demás clase se quedaron boquiabiertos por su actitud. ___* se sintió aliviada y antes de salirse de ese espantoso lugar agregó: — ¡par de bobas!
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Más tarde, se encontró con sus amigos. Estaban entretenidos averiguando que casilleros eran los de cada quien.
— ¿ya tienen locker? — preguntó ___* mirando cada uno, de diferentes colores.
— No, pero escuche rumores — insito Cindy — ¿verdad Jason?
— Ah si, claro… — la ignoro. Estaba maravillado mirando a una chica.
— Claro, no me presta atención — la rubia siguió hablando, mientras ___* se fijaba nítidamente en la chica que tanto miraba su amigo.
— ¿Es Jessica? — preguntó algo asombrada. Jason asintió — lindo cabello negro.
— Lo sé — murmuró el mismo.
— Ya chicos, dejen de verla y préstenme atención. —pidió Cindy. Siguieron caminando — Las fuentes dicen; que los azules son para los nuevos, los color naranja de las porristas y los de futbol, los rojos para cualquiera, cafés igual, y los verdes para los mayores.
— ¿Y por que hacen eso? ¿No es una tontería? — habló ____*
— No tengo idea.
— Y cual creen que les toque?
…
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Era un miércoles por la tarde. Las clases habían acabado ese día, y en la casa de los Jonas todo se notaba tranquilo.
Nicholas se la había pasado el resto de la tarde componiendo en su recamara, cuando supo que era hora de dejarlo un poco bajó a ver a su madre.
…
— No tengo hambre, mamá. –frotó sus ojos.
— ¿Sueño? ¿no has dormido bien? — luego de cuestionar. Su madre, Denisse, lo miraba deductiva.
— Si, es nada más… — una voz exterior a ellos, lo interrumpió.
— Escribe una canción. No me ha dejado dormir mucho — Joe fulminó a su hermano con la simpleza de su mirada. Kevin rió.
— ¿Sobre que? — curioseó la mujer de cabello rizado.
— Mamá, es solo una canción… — Nick aparentaba seriedad. Aunque en el fondo estaba nervioso.
— No se vuelve solo eso cuando, lo único que haces es suspirar luego de repetir 50 veces el nombre ‘____*’ — retó Joe, divertido.
— No hago eso –se impactó. Traspasó la barra que los separaba para quedar de frente.
— Dime que no? –Lo volvió a retar en juego-
— NO Joe! –Se enfadó Nick.-
— Corrijo, no 50 veces pero si lo dices. — lo miró fijamente, tratando de sacarle la verdad.
— Madre, iré a ducharme. — aclaró el de rulos, mirando de una forma rara y objetiva a su hermano.
— ¿saldrás? — preguntó Denisse, antes de que subiera.
— No. Yo me ducho diario, no como Joe. — lo fulminó.
— Yo lo haré hoy. Ma’ , saldré con ____* — ¿lo habrá dicho para molestar a su hermano? Aunque parece que lo logro.