Capitulo 85
La forma en la que él me hace sentir, es inexplicable, tanto como él amor que siento por él.
— Gracias —hablé justo a tiempo. En el momento que el sonido del timbre precisó
Caminé inimaginablemente rápido, tratando de zafarme de los ojos de Nick, de sus palabras. No me importó empujar y tropezarme con media clase, solo quería huir. Cuando logré mi cometido, me arrinconé en uno de los pasillos más alejados, en donde estaban los casilleros, con suerte y no me lo volvería a encontrar, solía recordar las partes a las que Nick jamás iba.
Pasaron al menos unos cinco minutos para ver que alguien pasará a mi lado, no entiendo… casi no pasan estudiantes, ¿es área prohibida? Estoy loca.
Una cosa si sentía, dolor… ¿Por qué tenía que esconderme de él? Si todo fuera como antes, los dos estaríamos juntos, podría reír en lugar de llorar. ¿Por qué?
Mis reflexiones no ayudaron en nada, debido a que en segundos me puse a sollozar, que importaba, si nadie me veía, tenía que desahogarme, sacar todo lo que sentía.
Estoy muy en contra de la nueva profesora, el destino. Por todo lo que me hacen.
Tenía las rodillas flectadas, mi cara hundida entre mis piernas cuando escuché a alguien nombrarme.
— ¡_____*! _____* ¿Qué haces ahí? —la sumisa voz de mi mejor amiga.
— _______*! —repitió mi mejor amigo, esta vez más prolongado. En ese momento me levanté como si nada hubiera pasado.
— No te vimos durante el descanso… ni en la cafetería — insinuó la rubia.
— Si ¿donde estabas? — comencé a caminar cuando Jason preguntó.
— Los siento, los busqué y no los vi — estaba nerviosa. ¿si se daban cuenta? ¿Qué les diría? — Me encontré a un amigo.
— ¿Amigo? — curioseó Jason. Se colocó a mi lado.
— Si ¿Qué amigo? — nos alcanzó la chica — no será… ¿Nick J? —levantó una ceja, lo cual hizo que me incomodara.
— Cindy. ¡No! Tengo suficiente con que sea mi compañero de asiento en literatura. — suspiré desganada. Al menos intentaba no parecer interesada
— ¿Qué persona tan malvada haría eso? —agregó Jason, molesto.
— Señora Watkins —solté en un resoplo, abrumada.
— ¿Quién? — preguntó mi amiga algo confundida. La verdad creo que soy la única que la conoce hasta ahora.
— Ni yo sé, no pude prestarle atención. —acoté.
— ¿por qué? Será por…
— Ni se te ocurra decirlo — me molesté y caminé en dirección contraria a ellos.
Y Así las clases pasaron sin interesarme, si... Tenía que interesarme más para salir bien en las primeras pruebas, singularmente mi problema se está agravando y no puedo desistir, no tengo la suficiente fuerza para lograrlo.
Estuve sola durante unas cuatro horas más, después de enfadarme con Cindy no le tomé importancia y ella ni se me acercó. De ella lo entendía, pero de Jason., ¡Nunca! Lo considero mi mejor amigo, la persona que siempre está para mí. Sin embargo, no estuvo y me pone más triste. Que me ignore, no quiero quedarme sin amigos, suficiente tuve con perder al chico de mis sueños.
~
Para cuando las clases terminaron me sentía desgastado. Quería dejar el pasado y ver solo hacia ahora, el presente, Con ___* .
Quise hablarle más, buscarla… nunca la encontré. Y tomé una decisión sobre esta situación… se me está haciendo muy difícil acercarme a ella, su problema conmigo; me odia. Mis miedos. ¿Cómo acercarme si no estoy seguro de cómo va a reaccionar? Intento imaginar que todo esto fue una pesadilla, y me siento fatal cuando recuerdo que es real y yo tuve la culpa de que las cosas ahora estén así entre nosotros. La extraño, extraño a mi ___* lo que antes éramos ella y yo.
En el auto revisé mis mensajes, si no me parecían importantes no pensaba responderlos. Me topé con seis, revisé uno por uno con desgano. Los primeros eran de Kevin y de cómo le había ido en su primer día de Universidad, me pareció lo mejor y le respondí alentándolo a que siguiera.
El siguiente era de la compañía de teléfonos, los dos próximos, de… Krystel.
“Te extraño, espero que todo salga bien en tu primer día” el segundo;
“te quiero”
Esta chica no entendía, no puedo quererla más que como a una amiga.
Y el último, sin duda el más interesante de todos.
— ¿Qué? ¿Qué? — pregunté a lo que no sabía que pasaba.
— Llegamos, te has quedado ahí por dos minutos. ¿te pasa algo? — se preocupó mi hermano.
— Oh ¿enserio? No me di cuenta — salí lo más rápido — es que … me quede pensando.
— En?
— Kevin me envió mensajes, sobre la universidad. En eso pensaba — no me creyó, lo noté al instante.
— OK, vayamos a dentro. Tengo muchísima hambre.
Corrí a saludar a mamá, después me apresuré a llegar a mi habitación a leer el mensaje, no sin antes abrir la ventana. Me bastaría con verla unos segundos solamente, de nuevo.
Me acomodé sobre mi cama, con el teléfono en mis manos buscando el mensaje, ¿en donde lo había puesto? ¿Qué?...
Escuché a alguien entrar, no le di mucha importancia. Hasta que sentí un par de brazos rodear mi cuello.
~
Me sentía tan antipática que ni siquiera comí antes de recostarme en mi cama. La presión que se apoderaba de mi cuerpo ahora me estaba afectando, la idea de dejar entrar luz a la habitación pasó por mi mente de inmediato. Si bien mi razón no concordaba tan fácil, con esta imagen me volvería completamente loca.
Nicholas y su novia, en la habitación de enfrente, haciendo sus cosas de chicos con ‘amor’, lo abrazaba y no podían faltar los celos, me dolía y en el interior de mi surgían cosas extrañas que no me permitían concordar.
Por si fuera poco, la vergüenza que sentía al mirarlo y ellos mirarme a mi, pensarían que los espiaba, y no... ¡No quería eso! No quedó más que cerrarla y olvidarme del mundo por unas horas, conciliándome con un aliado, el sueño.