Capitulo 62
*
Me levante de la cama y me dirigí al baño. Me encontré con mi rostro en el espejo, lo mire detenidamente y me asusté, mis ojos rojos e hinchados de tanto llorar me daban pena, parecía una momia, ni las momias se ven así. Coloqué mis manos sobre el lavabo, abrí la llave y me mojé la cara, volví la vista al espejo y me sentí peor, decepcionada.
¿Cómo era que yo estaba así, por él...? y él solo, me había olvidado así tan fácil.
Creí que era dolor hacía mi, pero era decepción, ¿Cómo podía?
Estaba molesta conmigo, y no podía hacer nada para que este dolor dentro de mí se borrara de un día para otro, pero tenía que hacerlo, olvidarme de Nicholas, de su ‘amor’ o al menos las migajas que un día me dio, debía ignorar todo esto y era lo que iba a hacer.
Caminé de nuevo saliendo del baño, ya estaba lista para salir y conocer un poco más de la ciudad.
¿Para que quedarme aquí encerrada? Y aún peor, lamentándome. Tomé mi celular que estaba en el otro extremo de la cama, miré la pantalla, tenía llamadas perdidas.
¿Quién me llamaba? -Me preguntaba a mi misma- ¿Mamá? No, no era ella...
Era mi mejor amiga, y no le respondí.
¿Qué pensaría ahora ella? Después de todo, no me despedí antes de venir, estábamos ‘molestas’. No quería discutir, ahora, era lo que menos necesitaba, así que no le devolvería la llamada hasta estar mejor emocionalmente. Dejé el teléfono en mi bolsillo derecho de mi pantalón.
Salí de la habitación algo despacio, buscaría a mamá y si no estaba supongo que saldría sola. De pronto sentí un leve dolor de estomago. Me quejé, me dolía mucho, -¿me enfermaré?-. Seguía con mi angustia y cara de dolor pero, recordé... que; durante este tiempo no había comido demasiado, debía ser que tenía que desayunar algo.
Estaba en el pasillo dispuesta a tocar la puerta de la habitación donde mamá se encontraba, de repente alguien me tomo del brazo, me giré y era una camarera.
-Disculpe, ¿Es usted la Señorita. ________ *? –me preguntó.
-Si, soy yo –respondí y la miré extrañada ¿Cómo sabía mi nombre? - ¿Qué sucede? –pregunté.
-Ehhm, es que... ayer, la chica de la habitación que estaba a unas cuantas de la suya –hizo una pausa y recordó- me parece que se llama Ali, si... Allison. Ella me pidió que le entregara esta nota. –estiró su mano mostrando un pequeño papel amarillo.
-¿Allison? –Recordé- Ah!, pero... ¿Por qué no me lo dio ella? –pregunté curiosa.
La camarera me miró cansada, y me dijo:
-Por que ella se fue ayer –al fin contestó- bueno, ¿no tiene más preguntas?
-No –dije mirando el piso- Gracias...
La camarera se fue rápidamente y yo me quede de nuevo pensando, luego miré el papel y lo que decía:
‘_________* lo lamento.
Se que esto es extraño, pero me caíste muy bien. No pude despedirme de ti, ya que cada que tocaba a tu puerta nadie respondía... debo decir que estuve más de quince minutos haciéndolo, lo sé... soy una loca, quizá no estabas. Pero en verdad me quería despedir.
Me voy a California, mis vacaciones terminaron. Espero verte de nuevo algún día...
te dejo mi e-mail y mi dirección.
Nos vemos pronto.
Alli-19@....
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Terminé de leerlo, tenía una leve sonrisa en mi rostro, ella me había caído bien aunque solo hablamos una vez, pero se que la vería de nuevo.
En un momento me espanté, al escuchar la voz de alguien detrás Mio.
-BOO! –Me espantó.
Era mi hermano, el molesto. Se acercó más a mí y me sonrío.
-¿Qué traes ahí? –Preguntó mirando mi mano donde escondía el papel- ¿estabas entretenida, verdad?
-¿Qué? ¿Te importa? –pregunté seca- Patrick, ya! –ordené al momento en que empezó a querer quitármelo de las manos.
-Ah ya entiendo –dejó de jugar y se puso ‘serio’- ¿Por qué no me quieres decir? Vamos hermanita –volvió a decir con su tono de juego.
-No quiero, ¡entiende! –grité frustrada.
Pensé que dejaría de molestarme, tocó la puerta de mamá, y después volvió hacía mi y el maldito papel.
-Por favor –suplicó y yo negaba con la cabeza- Ah, no me la muestras por que te la envió tu noviecito ‘Nicholas’ –carcajeó.
Lo miré mal, iba a pedir que me dejara en paz. Pero, sus últimas palabras resonaron una y otra vez en mi cabeza, para hacerme sentir peor...
‘Tu Noviecito Nicholas’. Estaba a punto de defenderlo, pero ¿tan tonta soy?
Mi ‘Noviecito’ como el lo nombrara, ya no lo era. Y de nuevo, el corazón se me partía en millones de pedacitos, moría en mi interior y justo ahora quería salir de ahí, llorar lo más que pudiera. No debía, lo iba a olvidar y así iba a ser.
Patrick me miraba extrañado, contuve mis ganas de llorar, no iba a contarle ni a él ni a... mi mamá, quien en ese momento apareció por la puerta.
-Hijos! –Exclamó sonriente- ¡_________*! Al fin saliste, ¿Por qué no querías? –tomó una de mis manos y me miró fijamente.
-emm, mamá –la miré pero al sentir su mirada penetrante giré a Patrick- estaba muy cansada, no sé –tenía que inventar una escusa.
-¿Segura? –Preguntó no muy convencida- ¿es así?
-Si, ma. –Mordí levemente mi dedo mientras pensaba- pues, es que tú sabes... –me miraba aún más extraño- acércate –le susurré: estoy en mis días...
-Días? –preguntó Patrick, de entrometido.
-¡Basta! ¿Estás loco? –lo fulminé con la mirada y se apartó-
-Esta bien hija, te entiendo –esbozó una sonrisa tierna- ¿tienen hambre? –preguntó.
-Yo si –me apunté.
-y tu Patrick? –le preguntó mi madre a mi hermano quien aun seguía apartado.
-Ya no –respondió molesto –mejor me voy a ver la ciudad.
-Vamos Hijo, no seas así.
-Perdóname Patrick, -me metí- no quería gritarte. Pero, a veces... eres muy entrometido. –dije sincera.
*
Me sentía infinitamente mediocre, una sensación extraña permanecía en mí desde hace unas cuantas horas. Miraba a las chicas que estaban aquí con nosotros, en el sound check, cada una tan diferente me recordaba a la misma persona, _________*.
Gritaban, reían y algunas lloraban y gritaban mi nombre, solo sonreía a momentos.
Íbamos con la última canción de prueba, Video Girl.
Estaba estresado y sentía una punzada frecuente en mi cabeza, Joe se acercó a mí al ver que sobaba frecuentemente la parte de donde provenía el dolor.
-¿jaqueca? –Preguntó con su singular sonrisa- me imagino que pasaste mucho tiempo con Krystel.
-No. No pasamos mucho tiempo –respondí con seriedad- tengo algo, no se que es, me duele por momentos la cabeza.-dije volviéndome a sobar.
-y... esa chica, ¿ya te gusta? –preguntaba Joe mientras Kevin se acercaba a nosotros.
-¿Quién te gusta? –formuló Kevin sonriente y acomodándose su guitarra-
-¡NADIE! –Exclamé un poco molesto- es solo que estoy pasando más tiempo con Krystel, es todo.
-¿Krystel? –repitió Kevin con incertidumbre- y... ________*? –inquirió-
-El chico maravilla –pronunció Joseph, refiriéndose a mi – ha olvidado a su ‘Novia’.
-Joe, ¿te puedes callar? –Refunfuñé con molestia- Mejor iré a prepararme para el concierto, solo espero no transmitir mi Molestia a las fans.-dije abandonando mi preciada guitarra y caminé alejándome de ellos.
-Ellas no tienen la culpa de tus ‘Molestias’ e incomodidades –gritó Joe.
El malestar se había ido, pero ahora estaba molesto. Molesto con mis hermanos, claro... eran mis mejores amigos, pero no sabía si decirles lo que ocurría con ______* y conmigo, no estaba totalmente seguro en confiarles eso.
Cuando pensé que el día no podría volverse más denso, ella apareció.
Tan bien vestida, con su cabello alborotado, que el aire movía sinuosamente.
Por un instante pensé que allí acabaría todo...
-Hola, Nick –pronunció y de inmediato me abrazó-
-Hueles...-dije mientras olía su increíble perfume y cerraba mis ojos.- Tu aroma...
Dejó de abrazarme para verme a los ojos y preguntar con una sonrisa tímida.
-¿Qué has dicho? Oye –dijo sonrojada- ¿tan mal huelo?
-No, yo solo... –me había puesto nervioso- tu aroma, es tan... dulce.
Estaba más sonrojada que nunca, lo podía notar.
-OH, Nicholas! –Tomó mi brazo- eres tan gracioso, me caes muy bien.
-Gracias –sonreí- por igual, me caes bien.
Empezó a caminar rumbo a la salida y yo la seguí, admiraba cada movimiento suyo.
Era casi como estar cerca de _______*
-Nick, sabes... –me miró mientras caminábamos- ayer la pasé tan bien contigo, nunca me había sucedido...
-yo la pase muy bien –la interrumpí –, y quisiera volver a repetirlo –dije seguro, lo que nunca antes había sido-
-Pienso igual –rió- Nunca me había sentido tan cómoda con un chico, -se detuvo- Gracias por hacerme sentir así –terminó y de inmediato sus brazos entrelazaban mi cuerpo en forma de un abrazo, al cual correspondí.
-Gracias a ti, -dije aun atrapado- ahora ambos ganamos confianza.
Nos separamos, y ella miró al suelo tímidamente. Yo solo seguí caminando hasta encontrarme con Big Rob, quien esperaba en el Automóvil.
¡Que lindos!, ¿No creen?
Bueno, hablo solo de los Jonas *-*
Jaja.