Capitulo 78
Desperté abruptamente de un sueño irremediablemente profundo. Gire una vez y mi vista se fijo en el reloj, Once con treinta y dos minutos;
Tenía dificultad para moverme, me apoyé para inclinarme un poco, me di cuenta de la cantidad exagerada de cobijas que la noche anterior me habían cubierto. Con razón me costaba tanto moverme. Elimine una por una, me estremeció un quejido proveniente de la parte de abajo, se me hizo conocido, creí suponer quien era.
Rutina*, lo que siempre hago después de levantarme. Ir al baño, cepillarme los dientes, lavarme la cara antes de buscar mi atuendo para luego ducharme.
Se me ocurrió abrir la cortina para que la luz del medio día entrara.
Y que torpe fui, maldito absurdo y tonto error.
Si ya tenia una idea de que la vida es injusta con algunos; recapacité de nuevo, la vida se empeña en ser malvada solo conmigo.
Lo vi, instantáneamente me perdí en un mundo paralelo, quizá en el mundo de ‘Nick Jonas’. Me pregunto aún, como fue que me perdí en esos intensos ojos llenos de pureza y amor, luego pensaba que eran los más fríos y calculadores. Aunque esto no fuera de ninguna de las formas, mi imaginación vagaba mucho y mi mente aceptaría cualquier teoría. Me costaba verlo y creer que la persona que ahora veía ya no me pertenecía, no era el mismo de antes… no mi Chico Teddy. Sinceramente, no entendía la parte en la que el es el malo de la historia, y me mira de una forma tan tierna que me derrite, que mi corazón pulse descontroladamente.
Él tenía una guitarra, y no le importaba… sin embargo yo sabía que la música y sus guitarras eran los mas importante para era. Entonces, ¿Por qué me miraba? Podría ignorarme simplemente…
Claro, quería gritarme… con la sola mirada decía todo lo que sentía hacía mi, ese rencor y desaprobación. ¿Rencor? Por que sentiría eso por mí… Repulsión, llevaría congruencia con las palabras exactas.
Con esa mirada de Ángel y ese bello rostro me impedí seguir mirándolo. Solo me humillaba, dolía mucho, pero debía apartarme de aquí.
A punto de hacerlo, un portazo estremeció mi frágil cuerpo.
— Buen día dormilona! — vociferó lastimosamente. Estaba de espaldas rogando a mí afuera que hubiera percatado mi vergonzosa escena, cerré la cortina como sin nada hubiese pasado.
— Hola — respondí seca.
— ¿y que me dices? — preguntó desde el umbral, irradiando con su rubia cabellera — ¿Qué había ahí?
— Nada. No había nada — alcancé a decir con nervios. ¡No! Lo había visto, esto ponía en desventaja los límites de mi amor.
— A mi me parece… — Pensó unos segundos. Seguido, cerró la puerta para lograr avanzar hasta mí. — me pareció que había un chico muy guapo que te sonreía. — amplió generosamente su sonrisa.
— N-no, c-como… ¡No! — aggh! ¿Por qué tartamudeaba? — No lo vi — articule más precisamente. Cuando giré mi amiga ya tenía una mano en la cortina.
— Lástima. Me pareció ver que alguien te sonreía. — hizo un puchero. Alzó una mano, la iba… a abrir.
— ¡No! — exclamé con miedo a volver a verlo.
— ¿Por qué no? Está muy oscuro aquí.
— Has lo que quieras. Iré a ducharme…
Faltaban cinco minutos para la una de la tarde, permanecíamos en la sala. Con mamá quien ya me había dado sus consejos y sermones, me asusté demasiado para tan poco. Esta vez no fue lo peor del mundo, pero si es algo complicado tener que soportar.
Cindy comió con nosotros, sin embargo yo apenas y probé bocado, lo cual todos se dieron cuenta.
— Come — ordenó autoritariamente la rubia.
— No tengo mucho apetito — concluí. Solo jugaba con los cubiertos.
— No nos importa — habló mi hermanito — debes comer.
— Claro. Ahora a todo el mundo se le ocurre decirme que hacer — expresé molesta.
— Que coma a su ritmo — la suave voz de mamá. Me defendió — Cindy… ¿ya sabes que día vuelven al colegio?
— Oh si si — se entusiasmo. Me miró de reojo, viendo mi cara de frustración — entramos en… el Lunes. — sonrió un momento. Y se llevó un bocado de comida.
— ¿El lunes? — exasperé. Golpee la mesa con mis manos logrando que todos me miraran raro — ¡No! ¡No!
— ¿Por qué no? ¿Acaso ya no te gusta la escuela? — se interesó mi madre.
— Si, hermanita. Hace apenas veinticuatro horas estabas muy interesada en tus ‘estudios’. — hice una mueca. El tenía razón, y la siguiente era por Nicholas, por eso no quería que las clases comenzaran.
— Si, es que ya saben… así sucede un día y luego al otro. — traté de explicar.
— ¡Que bipolar! — susurró mi ‘amiga’. Lo alcancé a oír.
— Cindy! — de nuevo, fulminaba con la mirada.
— ¿Qué hice? Solo estoy comiendo…
…
Lunes, el esperado o inesperado lunes… Esperaba a que se me ocurriera otra cosa o que a Cindy se le ocurriera algo para entretenernos las dos. Me estaba quedando dormida en un rincón… y los demás, veían la TV pacíficamente. Cuando ya mis ojos estaban por dar la última, el ringtone de alguien me despejó.
♪ You got me laughing while I sing
you got me smiling in my sleep,
Lo dejó sonar un rato más…
♪ I can see this unraveling
your love is where I'm falling
So please don't catch me...
Captó mi atención, la melodía, me gustó al escuchar solamente unos cuantos versos. Iba a preguntarle que artista era y el nombre de la canción, pero se entretuvo un buen rato respondiendo mensajes, mi intuición predijo que eran de Joe. Así que subí a mi recamara a prender mi notebook. No quise interrumpir a mi amiga para nada, ella se daría cuenta de donde estaba.
La prendí y lo coloqué en mi mesa, hubiera preferido ir a la cama y estar más cómoda. Pero, no… con mis antecedentes de sueño, no lograría encontrar nada.
