Capitulo 76
Posicioné la mirada tan firme en Nicholas que pude sentir hondamente las ganas de decirle todo lo que ahora pensaba de el. Se me hizo un nudo en la garganta que intentaba remediar al tragar golpeadamente. Suspicaz, en mi interior permanecían sentimientos encontrados; odio, rencor y… ¿amor?
¡Por favor! No me explico como no puedo olvidar, se supone no debo sentir amor por el, jamás debí haberlo pensado ahora. Solo pensaba actualmente, lo que vino a sacarme de mi trance fue el tirón de mi blusa, bajé la vista y me encontré con mi pequeño Frankie, tenía los ojos muy abiertos, me miraba tiernamente.
— ¿Cómo puedes? — Me llamó la atención ese grito. Y si, era mi hermano que seguía discutiendo.
— ¿Por qué Nick ya no te quiere? — Me derrumbó. Sentí al mundo caerse encima. Frankie lo sabía, no me molestaría con él. No tenía la culpa.
— Es que…— Pensé en algo. Acaricie su suave cabello y di una falsa sonrisa — algunas veces así sucede — Fui apartándome de aquel lugar de discusión y confusión.
— ¿Te vas? — me preguntó.
— Si, pequeño. Prometo venir a verte después… ¿Está bien? — asintió. Me largué de allí corriendo. Estaba harta, harta de seguir sintiéndome así y no hacer nada para borrar el dolor.
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Parecía una extraña película de terror, tenía a la hermosa e inocente _______*, los personajes secundarios, y yo; como el horripilante monstruo o el malvado.
Gire mi cabeza rápidamente por la sorpresa que me causo escuchar los trotes de alguien, y era ella. Su hermoso cabello ladeándose al ritmo del viento, apenas lo notaba, un ligero cambio. Estaba tan metido en mis problemas con su hermano que no me di cuenta. Se veía aun más hermosa que de costumbre, y me sentí terriblemente tonto por hacer caso a los ‘consejos’ y ordenes de mi tío.
La vida me ponía enfrente uno de los más grandes errores que cometí. Me arrepentía, siempre lo hice, pero… nunca hice caso a mi corazón.
Ahora tenía que dejar las cosas en claro con Patrick y con mi supuesta amiga, Krystel.
— ¿Qué quieres que te diga? — una punzada en mi cabeza apaciguo mi ira.
— ¿Qué quiero? ¿Sabes la magnitud de lo que hiciste? Nicholas Jonas, eres un impúdico. — alzó la voz — te atreviste a hacerle eso a mi hermana. Pero, sabes que? No me interesa lo que tengas para decir. Solo te advierto, no te quiero ver cerca de ella — amenazó y corrió a la misma dirección donde ______* había desaparecido.
— Nick, ¿Estásbien? — Krystel se acercó y posó sus manos en mi cara.
— No si estás aquí — contesté tajante y la evadí. Recordé después que debíamos hablar sobre lo sucedido.
— Nick, Nick, Nick. Nick — era un bombardeo constante. De pronto todos se interesaron por mi problema. El cual no quería platicarlo, odiaba hablar sobre mi vida personal aunque fuera mi familia.
— Todo está bien — pensé que al decir eso todos se calmarían.
— ¿Enserio hijo? — las protectoras manos de mamá tocaron mi cabello, tal como cuando era un niño.
— Si, mamá. ¿Por qué no van a comer ustedes?
— ¿Sin ti? — se preocupó, lo noté de inmediato.
— Bien, diría que sin mi y sin… Krystel — me costó decir. La busqué con la mirada y la encontré sentada en las escaleras del tragaluz, con la mirada gacha. No sentía lastima, ¿Por qué?. Jamás deje en claro que éramos algo más.
— Entiendo — me sonrió — ¿Quieres que les traiga algo?
— Lo que sea…
Me despedí de mi hermosa madre. Esperé a que el auto partiera para inmediatamente ingresar a casa, para hablar con krystel.
Allí la tenía, sentada justo enfrente mío, con la mirada llena de un falso arrepentimiento. Mi frustración y mal humor me tenían así, desconfiado. No podía ver a la krystel que me gustó como amiga, solo quedaba la persona que hizo que le rompiera más el corazón a mi amor.
— ¿Por qué dijiste eso? — la empecé a interrogar. Mi tono no era nada agradable.
— Nic-k… yo n-no. PERDÓN! — Se levantó del asiento. De inmediato la tenía encima.
— ¿perdón? ¿¡por que lo dijiste!? — aceleré. Ella regresó a acomodarse en un rincón — allí estaba _______*
— ________* — pronunció en un susurro — ¿Quién es ella?
— Era mi novia — confesé con extremo dolor. Volvió a levantarse, pero en su mirada noté euforia — ¿por que te dije? ¡Que me pasa! —lamenté.
— Y que? Ella que? Nick, tu lo dijiste — me enfrentó más segura — “ERA” tu novia. ¿Temías lo que pensara? — lo que llamó mi atención fue su cambio repentino.
— No tengo por que responder… — tomé asiento. Quede serio como la mayoría del tiempo.
— Nick, Nick… ¿No entiendes? ¿no lo ves? — se esmeró en el drama. Igual, no entendía nada de lo que hablaba.
— Ya veo — suspiré sin importancia. Luego volví a buscarla con la mirada, se acercaba tanto que me hacia sentir mal.
— Deseo que entiendes que… — se calló. Dio un jalón a mi camisa y me acercó tanto como pudo. Traté de zafarme pero no quería lastimarla.
— ¿Qué? — articulé con temor. Su mirada iba de mis ojos a mis labios, que sorpresa. Jamás pensé verla así.
— Me he enamorado de ti! — exasperó — ¿Por qué tu no de mí? ¡He sido buena! ¡muy buena! ¿Acaso soy tan despreciable? — al fin logré separarme.
— Krystel, eres muy linda — admití. Y de nuevo la tenía a centímetros escasos — pero yo…
— Podríamos intentarlo. Prometo hacerte feliz — de forma inesperada recibí un abrazo de su parte. Y que hice? Lo mismo, me sentía tan mal con ella y si la evadía más. Me vería muy incisivo.
— Yo solo… — me dejó atónito. De una forma tan rápida y repentina tomó mi rostro entre sus manos, hizo presión de sus labios contra los míos. Pobre de mi, pobre ella… yo no la seguí, y no lo haría a menos que sintiera algo. Quedé pasmado a la hora que terminó aquella presión sobre mi, intentaba alejarla pero era demasiado su fervor y fuerza que me fue imposible.
— Fue increíble — saboreó sus labios con insolencia.
— No lo fue! ¿Por qué hiciste eso? — grité ensordecidamente. Y nadie quitaría lo molesto que estaba — ¡Jamás lo pensé de ti! Pensé que ya había aclarado nuestra ‘relación’ solo somos amigos. Krystel, no siento nada por ti. — farfullé con euforia. Subí a mi habitación ante de que mamá llegara y me encontrara en ese estado. En cuanto a krystel, no me importa lo que haga.